Todo el mundo miente varias veces al día. Esto que puede parecer inmoral, podría estar en nuestros genes y es una capacidad que se desarrolla ya desde la infancia. Pero no todas las mentiras son iguales. Algunas son consideradas como herramientas necesarias para una base social sana, mientras que otras se pronuncian con una intención fraudulenta o por interés propio. Con detectores de mentiras y cámaras térmicas, los científicos tratan de averiguar cómo funciona en realidad el mecanismo de la mentira.